Esto seguro que os ha pasado a todos en alguna ocasión. Tu ola favorita lleva un mes o dos sin funcionar de forma decente, eres de los que siempre estás ahí cuando hay que estar, te has comido muchos madrugones para poder coger ese pico mágico en los últimos dos meses pero no acaba de funcionar como a todos nos gusta. Entonces, tachán tachán, un parte perfecto para el Lunes, offshore, metrazo, condiciones óptimas para que tu Spot funcione como tiene que hacerlo peroooo… Tú no vas a poder estar, imposible, sin opción, no choice, no chance, unable to wriggle, mecawento…
Estás en la oficina, andamio, barra de bar, universidad, cadena de producción, tienda de surf… ¿qué se siente? Esta sensación es digna de estudio, un amargor, escozor, dolor intenso en el pecho, y en la cabeza, malestar general, angustia, envidia, en fin… un cagarse en tooooo…para más inri, no te vas a poder meter en todo el “put…” día en ninguna otra ola. Los nervios estomacales hacen que sientas como si en tus tripas se estuviese librando una batalla sangrienta, las neuronas de tus intestinos, y sí, he dicho las neuronas de tus intestinos, que ayer escuche en la radio que esto es así (tenemos neuronas en los intestinos tócate la “chisma”) hacen que sientas ganas incluso de vomitar, pero de vomitar encima de los que están poniéndose morados a olas en tu spot preferido, jajaja, mis disculpas por este último comentario pero es así, tal y como lo describo, la vida ha dejado de tener sentido si tú no «estás donde quieres estar».
Claro, luego llega lo del día siguiente, cuando todos te lo cuentan, te lo restriegan, te lo pasan por el morro, pero esto ya es otra historia, lo peor ya ha pasado, nos queda el consuelo de pensar que habrá más días, incluso…mejores días, y tú esta vez si estarás ahí para disfrutarlo.
Feliz Martes a todos, y a disfrutar de las olas, los que podéis claro…a mí, ya me llegará el momento. 🙂