El surf puede parecerle al simple observador un deporte como tantos otros. Es decir, una actividad física para divertirse o distraerse y ponerse en forma.
La verdad es que el surf va más allá de ser un deporte, es una forma de vivir la vida.
De alguna forma la persona que elige el surf elige no estar en el medio urbano, elige cuidar el medio ambiente, elige cuidar su físico y su control mental para saber salir de situaciones comprometidas.
Por supuesto el surf es un deporte y además bastante exigente en el aspecto físico, saber nadar, entrenamiento aeróbico, anaeróbico y control mental en función de las olas a las que te enfrentas pero no se queda únicamente en eso, no termina cuando sales del agua y guardas la tabla en la funda.
El surf es pasión por el mar, respeto a la naturaleza… Implica la necesidad de sentir descalzo la arena de la playa o de quedarte mirando el océano horas sin que te haga falta nada más para sentirte bien . Es la necesidad de sentir ese bienestar que nos produce el mar o la necesidad de vivir una vida sana en general. Además el surf encierra una actividad mental importante: requiere paciencia, sabiduría, perseverancia (mucha pereseverancia) y fortaleza mental para afrontar situaciones difíciles.
Perseverancia y fortaleza por ejemplo para remar contra las olas y no rendirte después de cuatro patos, superar el miedo a las corrientes, aguantar el cansancio con el objetivo de #estardondequieresestar.
Cuando superamos todo esto y llegamos al pico toca sentarnos en la tabla de surf y entra en juego la paciencia, hay que esperar a que vengan las olas. Las olas llegan pero claro, se toman su tiempo, cuando llegan, toca tomar una decisión y elegir la buena dentro de la serie. Si elegimos una ola muy grande y demasiado redonda corremos el riesgo de clavar la punta y ser revolcados de forma violenta y de esta forma conocer que es lo que siente un calcetín al ser centrifugado en la lavadora. Si la ola es pequeña, no tendrá suficiente fuerza y no cogeremos bastante inercia para levantarnos con lo cual habremos gastado energía remando sin sentido. Si la ola es muy frontal, no podremos surfear una pared larga y pillaremos un cerrote… llego a la conclusión de que al adquirir y sumar horas de agua salada, nos convertiremos en personas algo más sabias, esto nos ayudará a reconocer mejor las olas al verlas venir y con esto recibir la recompensa del esfuerzo y el sacrificio, al final unos más tarde y otros más temprano, conseguiremos esa ansiada ola que quedará grabada en nuestros recuerdos para siempre.
Tao: Principio supremo e impersonal de orden y de unidad del universo.
Escuela de surf & Campamentos de surf Watsay